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Es fotoperiodismo.

lunes, 29 de diciembre de 2008

La barriga más bonita del mundo


La barriga no era artificial. Tampoco había comido mucho. Por detrás no se apreciaba, sólo veía una espalda demasiado curvada. Se apretaba la cintura con ambas manos, y sonreía. No paraba de sonreír. Quería asomarme al balcón de su hombro izquierdo, necesitaba averiguar qué era aquella panzota rimbombante de felicidad asegurada. Apenas intenté colarme en el hueco entre su codo y su cintura, se llevaron aquella barriga postiza. Habían pasado los trece días. ¿Papá?

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